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La Convención Nacional de la UCR se reunirá en sesión plenaria el 3 y 4 de diciembre próximo. Será, sin duda, un gran acontecimiento político, no solo por el significado histórico e institucional del cuerpo, sino también por el momento en que debe reunirse y las decisiones que debe de tomar. Entre otras, por citar un ejemplo, ella debe autorizar, conforme a la Carta Orgánica, si el partido lleva adelante una política de alianzas o acuerdos electorales con otras fuerzas políticas sobre la base de un programa común para lo cuál es previo, que la UCR apruebe su propio programa, decisión esta que solo puede tomar la Convención Nacional. Su mandato emana de la Carta Orgánica, que es para el partido como su Constitución Nacional, es decir la ley máxima que todos los convencionales y también todos los radicales debemos respetar.
Los tiempos políticos, por otro lado, apremian a la UCR para ajustarse a la ley vigente. La Convención Nacional debe reunirse, por lo menos, una vez al año. Esta vez lo hacemos al borde del límite ya que el Comité Nacional por intermedio de su presidente, por razones políticas fundadas nos indicó la conveniencia de que fuera en esta fecha. Es imposible, por lo tanto, si queremos ser respetuosos de la ley y evitar futuros problemas que traben el desarrollo electoral del partido, postergar la reunión.
De acuerdo a la ley 25983, si la UCR hace un frente con otras fuerzas políticas afines, debe inscribirla a más tardar el 26 de junio (o el 24 según otra interpretación que no compartimos). En ese momento hay que acompañar varios requisitos que son indispensables para la inscripción de la Alianza.
Además, la formación de tal Alianza requiere el tiempo necesario para las negociaciones y un acuerdo programático, al que cada partido debe llevar su propuesta. La Unión Cívica Radical podrá hacerlo sin inconvenientes pues las comisiones que han estado integradas por destacados correligionarios, intelectuales, especialistas y expertos en cada materia, convocados por la Mesa Directiva de la Convención Nacional, han trabajado durante más de un año en el programa que deberíamos aprobar. Como es natural, nada es perfecto y todo es perfectible. Una vez que el partido apruebe el programa no habrá obstáculos para que pueda ser actualizado, en lo que hiciera falta, en futuras reuniones.
La responsabilidad que tenemos los convencionales es muy grande y la asumiremos el 3 y 4 de diciembre con la lealtad propia a nuestros principios y cumpliendo con la consigna que patrocinará nuestra reunión: “Aporte de la UCR para fortalecer a la democracia”.
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